viernes, 26 de diciembre de 2008

túyyotenemoslamismacarne.

En estos días he caminado por montañas cuzqueñas, me he ahogado por la altura, he cantado bossa nova en un bar, he abrazado, he querido, he llorado por una despedida. En estos días, aunque me haya desencantado de la Navidad, mi mente y mi cuerpo viajan por los años que han pasado, como si me estuviera muriendo, soy el ahora, el presente; se disparan las ideas de lo que quiero hacer; habitan en mi cabeza historias en medio de desiertos, en medio de sed, en medio de locura, historias de madres que pierden a sus hijos, historias de hombres que quieren sólo caminar solos, historias de personas que no quieren moverse de su lugar, como si algo las atara indefectiblemente; historias, voces, selvas, humedad, rostros; quiero conocer a muchas personas nuevas, a gente que no hable mi misma lengua, quiero ver colores que no sabía que existían. Qué afortunada soy, me dedico a contar historias, de eso vivo, de eso respiro, puta madre, qué aforunada soy de poder hacer lo mismo desde que soy una niña que dibujaba sus pensamientos en el aire, en el piso, en la tierra del jardín y después en las hojas de papel. Estoy sumergida en un gran instante centrípeto, en donde caigo en la cuenta de que soy otro ser humano más. Ser hu-ma-no. Soy yo.

jueves, 11 de diciembre de 2008

jueves, 4 de diciembre de 2008

Ellas- Creación Colectiva


Querid@s bloggers, infinidad de cosas y sucesos se han introducido en la vida de esta miss, quiero compartir uno en especial. Este domingo 7 de diciembre, las 7:30 pm. en el Teatro Mocha Graña de Barranco, se presenta la creación colectiva "Ellas", un montaje realizado a partir del mito griego de Eros y Psique. El mito, así como todos los mitos, encierra en realidad una serie de formas para entender el alma humana, en este caso en específico el alma de la mujer, pues es a partir de la pérdida del amor que Psique realiza una serie de pruebas otorgadas por Afrodita, que finalmente realizan un crecimiento de ella como individuo; así como en los cuentos populares en donde la princesita ingenua y tontilla, atraviesa una peripecia para terminar hecha una mujer con la cabeza y el espíritu en su sitio.

Un post aparte se merece la maraña de ideas y revoluciones que se me aparecen en la cabeza y en lo cotidiano respecto al género; me cansa a veces ser una mujer en este espacio y en este tiempo, en Lima -Perú-América-El Mundo-El Universo-La Inmensidad. Me provoca ser como Maurice Ravel e ir camino a la suprasexualidad, bueno, ya hablaremos de eso, mis querid@s.

No esperen ver personajes mitológicos, pues el mito está latente, y es una potente excusa para contar la historia de una paciente en coma, una fotógrafa y una enfermera (este pechito), que atraviesan un camino de anagnórisis, de reconocimiento, de desprendimiento y de desapego.

La obra dura 1 hora y también se presenta el viernes 12 de diciembre a las 7:30. La entrada está 10 leks.

L@s encuentro.


Actúan:

Jimena Nuñez
Julia Thays
Katya De Los Heros

Dirige:

Claudia Tangoa.




jueves, 20 de noviembre de 2008

Alfredo Bushby o la simetría de la densidad.




Alfredo Bushby es un dramaturgo peruano de unos cuarentaitantos, muy inteligente, hombre académico y además ha sido mi profesor en el TUC; he tenido el gusto de ser su actriz en su primera aventura como director y ahora lo voy acompañar como presentadora en la publicación de su última trilogía.

La presentación del libro "Conrado y Lucrecia, Dominante de Si Bemol y Lengua Larga. Tres obras dramáticas de Alfredo Bushby" es en la Alianza Francesa de Miraflores este miércoles 26, a las 7:30 pm, hay una lectura dramatizada y un vinacho de honor.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Cuando un canto dice mejor que las palabras...



Lila Downs es una de las intérpretes que más admiro, su canto de raíces, la sensualidad de su voz, su profundidad, su amor por lo que hace; simplemente una maestra. Salud, Lila. Nos vemos en la cantina.

martes, 28 de octubre de 2008

Ella: Para Entender la Psicología Femenina

Así reza el título del libro de Robert Johnson

lunes, 13 de octubre de 2008

No Toro No Cry


Una vez más incomodé a alguien que me invitó a comer en su casa, incomodo porque no como carne roja y las personas a veces no pueden entenderlo. Ah ya, vas a comer la ensalada y el arroz, ¿pero no la presa? No señora, gracias. Te echo un poco de juguito entonces. No señora, por favor, el juguito es lo mismo. Ah, ya, ¿y por qué, ah? Entonces una vez más les cuento por qué no.


Érase un noche del 2004, ya no recuerdo el mes ni mucho menos el día; en medio de las sábanas estoy yo, con el cuerpo escarchado por el sudor, abrí los ojos, me topé con la oscuridad de la madrugada. Hora: 3 con 3 minutos. Recordé, mientras me sujetaba la cabeza, que mi amiga cusqueña Claudia, me contó que esa era la hora de las ánimas y la hora en que los sueños tienen los mayores significados. Las imágenes se repetían, regresaban convulsivas. Lo que yo acababa de soñar era tan vívido que mi corazón latía fuerte y rápido por la impresión, sin mediar palabra alguna, sin que venga hasta mí ningún pensamiento, lloré, y con el llanto vino la certeza de una decisión: Nunca más en mi vida volvería a comer carne de vaca (o de toro).


Cada paso que daba levantaba el polvo tierroso que estaba asentado en el piso, había un olor de basura húmeda en el ambiente, recuerdo clarito que así olían las calles cuando me llevaban al centro de Lima en los ochentas (aunque algunas aún guardan ese hedor, como si se hubiera enquistado en el cemento), llegamos a la plaza de Acho, afuera vendía todo el mundo jugo de naranja; me acerqué a uno de los puestos y me quedé simplemente hipnotizada por el aparato que pelaba las naranjas y hacía que las cáscaras fueran cintas que se enroscaban hasta el infinito. Olor a naranja y a basura mojada; los baldes vacíos de pintura eran el tacho de desperdicios improvisado en todos los puestos, yo quería coger las cáscaras enrolladas, pero me parecían tan hermosas, que se me hacían inalcanzables. En el instante en que mi mano se decidía a tocar un rulo anaranjado, me vi transportada hasta el coso mismo, pero la plaza de Acho era como una ciudadela en sí; habían incluso montículos de tierra y de divisaban casas lejanas, era pues un pueblo de polvo tierroso, el sol era fuerte, e intuí que no debía ser vista.

Oeeeee, oeeeee, gritaban unos muchachos con ronchas en las piernas, se acercaban hasta mí, cómo me han visto, me preguntaba; pero no era a mí a quien buscaban, pasaron cerca a mi escondite, eran como 7, todos con la ropa muy sucia, con el cuerpo asaltado por las picaduras de las alimañas, todos con los ojos inyectados de pobreza y violencia. Me miré la parte posterior del cuerpo, yo no pertenecía ahí, no debía ser descubierta.

Tuuuuuuuuuu, Tuuuuuuuuuuuu, Tuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu, era el sonido grave y sostenido que parecía llamarme, el gran barco partía; pues señores, la Plaza de Acho no era sólo una ciudadela, era un trasatlántico, nos estábamos moviendo, adónde iríamos, no lo sé, ni lo supe jamás. Por alguna razón eso no me preocupó, pues ante el movimiento del gran armatoste que guardaba una ciudad de sol intenso y polvo tierroso dentro de su enorme magnitud, pude ver un pedazo de cielo y mar, nunca azul más denso y más luminoso habían visto mis ojos, los colores se difuminaban entre sí cual cuadro impresionista, la luz caía tan generosa sobre el agua, se veía tan caliente y fresco a la vez, tuve la sensación de que hacia ese punto del mar nos íbamos a dirigir.

Mas una punzada en el pecho me hizo voltear hacia el lado opuesto.

Quise gritar, pero no podía, me iba a descubrir ante el horror que estaba a punto de presenciar.

Había en el terral un ambiente techado, ahí estaba un hombre, un moreno alto y macizo; tenía un pantalón verde olivo y traía el torso descubierto, recuerdo tan claro aún, el movimiento de los músculos de su espalda, las sombras se paseaban en su cuerpo. El moreno volteó, espero nunca encontrarme con ese rostro en la realidad; su cara estaba tranquila, pero sus ojos, ay, tenían un destello mortecino y fatal. Algo malo iba a suceder.

Un toro, de pelaje negro negro, tanto que parecía azul, respiraba dejando que el aire hinche su tórax. Yo ví el toro, y sentí que lo conocía, como si fuera mi Platero, como si fuera un compañero que mi mente ya no recordaba. El animal era gigantesco e impresionante, de esos toros de lidia que por su simetría y su pureza eran designados como sementales, para que la prole tenga la majestuosidad del padre.

El hombre, que también estaba descalzo, remangó la basta de su pantalón, sus piernas un poco separadas me hicieron recordar la estampa de los negros pregoneros de las acuarelas de Pancho Fierro: aguaterito malo, yerberito desgraciado, lechero maldito.

De su cinto, el infeliz sacó un garrote y con la fuerza de sus entrañas corruptas, golpeó al toro; toma toro, toma. El toro mantenía su entereza, pero de alguna forma sus pensamientos estaban conectados con los míos, mira me decía, mira lo que este hombre me hace. El verdugo descargó su fuerza contra el cuerpo del animal, mas no contento con eso, lo sujetó de patas y cabeza y lo izó, por medio de unas cuerdas, levantó al animal hasta la punta de un palo alto que había ahí, luego el moreno con presteza trepó hasta donde estaba el toro magullado, sacó un puñal de su cinto y empezó a atravesar la carne del animal. El toro no mugía, no lanzaba queja alguna, pero unas lágrimas de cristal empezaron a caerle de los ojos, yo podía sentir su dolor, pero mi cobardía me retenía en mi escondite; la voz del toro replicaba en mi mente: Ayúdame, Julita, ayúdame. No puedo, no podía hacerlo, el hombre me iba a matar también.

Por la mano del asesino corría la sangre de su víctima, quería gritar, quería correr, pero me quedé ahí, siendo testigo del asesinato de mi toro; él me decía, por qué no me ayudas; yo le pedía perdón, no podía contener las lágrimas, sentía la impotencia propia y la del animal ahogándose en mi garganta. Finalmente el toro posó sus ojos en mí, y me reclamó con su último aliento: por qué me has abandonado.

La culpa y la pena por esas palabras se metieron tan profundamente en mí, que me desperté por la angustia. Luego el sudor del cuerpo, luego la hora, luego las lágrimas me trajeron la decisión de no traicionar nunca más al toro. Mi boca no volvería a contener su sangre ni su carne.


A las personas que me invitan a cenar no les cuento mi sueño, les digo simplemente que estoy en contra de las formas en como criamos a los animales que comemos, o que simplemente no me gusta la carne.

No puedo escribir más, lo siento, debo abandonar este recuerdo.

Concolón a las seis horas: Bueno, no como carne desde entonces, trato de que la única que consuma sea la de pescado, a veces cuando estoy en la vorágine del trabajo, como pollo. Toro no, nada que ande en cuatro patas, mis amigos me dicen que soy una persona muy impresionable; pero nunca he tenido un sueño que haya conducido de esa forma una parte de mi comportamiento, pero los ojos de ese toro no me permiten volver a traicionarlo. Sí, ese sueño me impresionó.

martes, 7 de octubre de 2008

¡Qué tal spondyllus!

Antes de hablar algo personal, quiero lanzar un grito en contra de la corruptela generalizada que cual enfermedad infecto contagiosa se propaga en el aparato estatal. Primero los congresistas que se sienten ofendidos cuando se les pide rendición de gastos operativos, que se apañan, se coluden; luego, la cochinada en PetroPerú, que sospecho no ha llegado aún a las últimas consecuencias; ayer mi viejita me decía, pero... quién es el que ha grabado las conversaciones; son varias y en distintos tiempos, ¿Alguien dijo Montesinos? ¿Será que el Doc le muestra sus armas al gobierno para que lo traten suevemente?

Lanzo el grito soprano entonces; qué tal concha, carajo.

Acá abajito, una canción que nada que ver con la coyuntura, pero The Smiths siempre es oportuno.


domingo, 28 de septiembre de 2008

Lady Bardales Endemoniada

Gracias al señor Jesuscristo que está en los cielos mi boca no arrojó espuma, mi espalda no se arquéo en medio de un espasmo incesante, tú hiciste que no llegara a lo último, gracias Dios Mío por alejar al maligno de mí. No pude evitar la vergüenza, la decepción, la lascivia, el pecado...respira (aliento), todo está bien porque Él se alojó en mí, trayendo paz a mi vida toda, sigo llorando, ahora en solitario, fue justo lo que tuve que pasar, aprendí a entregarme a tí por entero, pues la vida es vida a partir de tu presencia, mi Señor.

Lady B está ahora convertida en una sierva de Cristo, fue excarcelada pues el juzgado se quedó sin argumentos legales para retenerla en el Penal de Santa Mónica.

Cárcel que encarcela mi cuerpo, no encarcela mi alma, pues ella vuela hasta tu espíritu, mi Señor; te pertenece, yo soy una depositaria de tu amor...de tu amor...de
tu
amor
ya no sé nada, me dejaste en una soledad que no sabía que existía, mi rostro se ha inflamado por no verte más, con traición me arrojaste a un submundo, no había nada de lo que me pudiera asir, sólo estabas tú en medio de las estelas de sombra que dejaste, tu cara se desdibujaba, en ella veía mi infancia, la mano de mi padre sobre mi mejilla, el siéntate derecha carajo, el cuerpo que quiere y no puede, la pichi sobre la cama, el sorberla toda para que no quede rastro de mi debilidad; veo que tu boca se abre y me traga, ya me tienes dentro, la deglución es lenta, y deshace cada fibra, cada músculo, ¿estoy muriendo? No, puedo verte todavía, tus adentros son tan grises, por qué me dijiste que eran rojos, mentiste también en eso; yo te dejé ver la profundidad de mi garganta, te hundiste en cada poro de mi piel, ahora estoy rota, no no, no estoy rota, estoy mal remendada, cual muñeca monstruosa, por qué Dios, siento que mi alma es un pedazo de napa importada de China; devuélveme a mis cabales.


Lady B sostiene no seguir relacionada con su ex-pareja, que actualmente figura como persona desdaparecida. La ex-escolta presidencial niega enriquecimiento ilícito a pesar de que su cuñado ganó más de siete licitaciones con su empresa constructora, durante el gobierno de Alejandro Toledo.

El poder del hombre en la Tierra no es ni un poco del poder que tiene El Señor, él deja que nos equivoquemos, para poder corregirnos después. Sí. Sí.

Dame dame todo el power...give me give me todo el poder

Si ves através de los encajes podrás adivinar cuán delicioso es el sonido de mis carnes meciéndose, tengo todo, soy rica, soy riquísima, el jugo se desborda, mis contenidos se rebalsan, no dudes, tócame, quémate, deja que te incinere con mi boca; adiós a lo que tenías, ahora es mío, no puedes dejar esto, te he vuelto un adicto, sin el olor de mis pechos te principia la migraña por no tenerme, ámame, te necesito, ¿no te das cuenta de que quiero más? Quiero todo. Poque es así, porque siempre será así, cada vez que tú me llames, eres mi amado espectador en este concierto para una sola voz.

Lady B está llevando la palabra de Dios a otras internas, para que aprendan a dejar sus pecados y convertirse en hijas de Dios.

Amén.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Chega de Saudade

Leí hoy que con esta canción "Chega de Saudade" de Vinicius de Moraes y Carlos Jobim, se conmemoran los 50 años de la Bossa Nova. Lo revisé en el suplemento dominical de El Comercio, no puedo evitar sonreír y recordar mi abandonada casa materna, pues ahí, a todo el mundo le encanta leer periódico todos los días, cada uno a sus propias horas, por supuesto; entonces tuve saudade de la casa Martínez, de nuestras vidas juntos; pero con esa dulzura de verlos ahora a todos con ojos nuevos, desde mi propio espacio. Sufrí una pequeña muerte al irme, pero qué necesario darle viento nuevo a la sangre, darle una vez más la vuelta al círculo, aunque esté un poco desprovisto de prensa escrita.

¿Cuál es la esencia de la saudade? Pues es nada más simple que sentir una nostalgia enternecida, un dolor dulce (no es lo mismo que tristeza dulce, aunque algunos les sabe a eso); será pues que cada individuo le dará su graduación propia, su saborcito de amargura con miel. Cuántas veces habremos sentido saudade sin saberlo. Cómo cada cultura tiene sus propios conceptos para definir sus sentires, pues esa sensación no tiene una acepción en el castellano, ¿la tiene en otra lengua?

Hace unas semanas empecé ensayos en la Católica, pisé después de muchas semanas la universidad, yo que a veces me creo maleada y que digo siempre que no me fue difícil terminar la carrera y dejar la entrañable cotidaneidad de una escuela de teatro, a mí, me palpitó el esternón, no podía alejar el rictus de sonrisita de mi boca; justo salían del tambo unas chicas descalzas, estaban con la cara roja, seguramente tuvieron clase de entrenamiento actoral; los del TUC siempre estábamos con ropa todo combate, sin zapatos, cantando, haciendo cabriolas en el pasto, o yendo al baño semidesnudos en ocasiones. Y así de pronto, con la visión de estos cachetes enrojecidos me vino una inmensa saudade.

Acá está la canción, interpretada por Chico Buarque. Nótese las sonrisas de cada uno. No puedo con la de Chico.





Aquí están las líricas. Obrigada.

Chega de saudade
A realidade
É que sem ela não há paz
Não há beleza
É só tristeza
E a melancolia
Que não sai de mim
Não sai de mim, não sai.

Mas se ela voltar,
se ela voltar
Que coisa linda,
Que coisa louca
Pois há menos peixinhos a nadar no mar
Do que os beijinhos
Que eu darei na sua boca.

Dentro dos meus braços,
Os abraços
Hão de ser milhões de abraços
Apertado assim,
Colado assim,
Calado assim
Abraços e beijinhos
E carinhos sem ter fim
Que é pra acabar com esse negócio
De viver longe de mim
Não quero mais esse negócio
De você viver sem mim
Vamos deixar desse negócio
De você viver sem mim.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Los maravillosos señores Jones

"Me and Mr. Jones" de doña Amy, una genia atormentada.



"Me and Mrs. Jones" de Al Green.

domingo, 31 de agosto de 2008

No-Helden



Un hombre camina através de una calle humedecida de Lima, son las doce de la noche y él, junto con otros espectros hermanos avanzan levitando por medio de la pista; los sonidos de la avenida Alfonso Ugarte se aislan ante la presencia de estos magníficos vampiros, los veo y mi mente se puebla de imágenes obscuras, sangrientas, llenas de música y placer. Finalmente llegan a la cola para entrar a la NO-HELDEN. No me dirigen palabra alguna, pero sí una mirada rápida, floja y desaprobatoria a mi chompita verde; no soy negra impoluta, incluso no bastaría con que lo fuera, tal vez si mi rostro estuviera oculto tras una capa de polvos blancos para traerme palidez, mi cabello batido y cayendo en cascada sobre mis ojos, o mis botas alucinantemente llenas de broches, hebillas e imperdibles, además por supuesto de una horma gigantesca; recién ahí, tal vez, ellos me podrían mirar como semejante, pero los más genuinos me respirarían, adivinando que no hay ningún ritual sangriento en mi haber, al menos ninguno hecho adrede.

La No-Helden ya no existe.

Me acordaba con un amigo, exaltados los dos, de esa discoteca wave en el centro de Lima. No puedo recordar mayor adrenalina en mi cuerpo, cuando una vez estando en la cola para entrar, bajaron los metaleros para sacarle la mierda a los vampiros; patadas van mentadas vienen, las botas militares y las botas góticas se agitaban en una retahila desordenada de piernas, todo esto bajo la densidad de la música grave que acercaba su rumor hasta la calle en medio de la grisura limeña; fue todo muy confuso, gritos trasvestidos, conchatumadresmaricóndemierdaposerocojudoytuviejatambién.
Puede que no se entienda esa metalera violencia gratuita; pero si observabas a las personas que iban a la No-Helden, se entendía este odio acérrimo de los metaleros; habían muchachos delgados y frágiles con sendos peinados, travestis con ojos ennegrecidos y boca enrojecida, mujeres con capas púrpuras, hasta engrilletados había esa noche. Fragilidad, sensibilidad, individualidad; justito lo que más enfurece al frenetismo metalero.
Pero si afuera se vivía el peligro, adentro era la gloria; te recibía un espejo para mejorar el baile egotista y solitario, no habían luces maravillosas o atmósferas enrarecidas; pero lo mejor era la música y el espíritu; nadie bailaba en pareja, todos estábamos juntos, pero quedaba claro que la valía estaba en el individuo, en lo propio; y yo por supuesto bailaba feliz enchompada en verde.
Conversando con otros al llegar la aurora, la hora de los gallinazos, cuando la No-Helden cerraba sus fauces, cual vampiresa intolerante ante el día, me enteré que muchos de los chicos tan maravillosamente caracterizados, eran trabajadores, vendedores de computadoras en Wilson, obreros de fábrica, migrantes de segunda generación, todos eran parte del sistema, todos pertenecíamos al establishment de alguna manera; no se metían a alguna cueva o algún refugio a esperar que la noche aparezca exhuberante y húmeda, estas botas cuestan un montón amiga; de alguna manera se tenían que mantener los gustos.
Todos nos íbamos a nuestros destinos con el rímel corrido, con el cuerpo vibrando por tanto bailar, sólo que ellos en algún pequeño instante me parecieron tristes niños disfrazados; pero al voltear para verlos alejarse por última vez, se tornaron una vez más en espectros de ciudad.
P.D: En la foto está Clan of Xymox, un grupazo que no me abandona desde esas épocas.

martes, 12 de agosto de 2008

Señor Vargas Llosa, una pregunta...

Quiero decir tanto acerca de todo, pero una vez más el lenguaje me traiciona; mi pensamiento y la palabra escrita son amigos que se distancian, se aman o se odian con la frecuencia en la que uno se cambia de calzón (un dicho común de mi abuela Chela, jajaja, mujer chinchana de labia poderosa.)

A ver...Fui hace poco a la inauguración del Festival de Cine de Lima, me divertí con la exposición sobre Mario Vargas Llosa en la casa O' higgins; en especial una sala en donde hay una serie de libros que el escritor ha obviamente leído, pues ha dejado sus notas por todo espacio en blanco; incluso en la última hoja le escribe al libro una nota evaluadora, cual profe con examen, a Flaubert le pone 20 casi siempre, están Joyce, un par de filósofos, Mariátegui y otros más; qué divertido fue, incluso llegué a sentir un poco el espíritu académico y fervoroso que tiene don Vargas. Hay algo que siempre he querido preguntarle, me gustaría que me cuente sobre mi abuelo, pues ha escrito unas tres veces sobre él; en Conversación en la Catedral, El Pez en el Agua, y algún otro que aún no he leído; mi abuelo fue su compañero en San Marcos, formaron un grupo de estudio además, ya saben cómo es, formas con personas, sea por su lucidez, por su conocimiento o ideología, un grupo en donde lees y estudias libros, textos y reliquias para luego dedicarte a desmenuzar, a deconstruir. Las pasiones se despiertan, ah que sí, en aquellas tertulias; imagino a mi abuelo con su cigarro en la boca, la ceniza cayendo de pronto, dando luces con Vargas Llosa y otros estudiosos, realmente esas generaciones de intelectuales en San Marcos eran de las mejores, ya desde Porras o Basadre se instauró un amor por el estudio y el conocimiento que se extraña por estas épocas.

En fin...para no columpiarme por las ramas cual macaco. Quería acercarme y decirle : Me llamo Julia, y sí, me dicen tía Julia, y no sólo mi sobrina , sino algunos de sus lectores que lo recuerdan hasta en las bromas; pero yo soy la nieta del indio Martínez, ese cholo de rostro cobre, con cigarro sempiterno, que le ha dado luces más de una vez, ¿verdad? Si no, no hubiera escrito tres veces sobre él, cuénteme señor Vargas Llosa, cómo era mi abuelo, ¿le brillaban los ojos al escuchar una idea genial? ¿Cómo era su rostro cuando defendía algo? ¿Era su sonrisa gentil ? ¿Alguna vez se dejó ver triste? ¿Alguna vez se permitió estar distraído? ¿Siempre combinaba su chompa de cachemira con su saco de cuero, tal como yo lo recuerdo? ¿Alguna vez le habló de mí, de las veces que me cargaba y me llevaba hasta su pecho que olía a tabaco y a buen hombre; de cuando me dejaba estar en su biblioteca horas de horas acompañándolo, de cuando me compraba helados en invierno, de cuando me compró una máquina de escribir igualita a la de él, pero en chiquito, de cuando me decía Satacho, ven Satanás? ¿No? Pues permítame contarle a usted que se murió, hace ya bastante tiempo, quince años más o menos, y yo estuve ahí, tomándole la mano, viendo como su cuerpo se relajaba cada vez más, cómo su dolor se iba escapando poco a poco, como mi mami me dijo que no llorara para que él no tuviera pena al momento de dejarme, porque él me dejó, ¿sabe usted? El se fue cuando yo más lo quería, cuando más se internaban sus palabras y sus abrazos en mí, él se fue cuando más apasionado lo veía con su trabajo, cuando más lo veía leer e investigar y cuando más estaba fumando también, nunca dejó el tabaco. Será por eso que se murió; por eso señor Vargas Llosa me alegra que hombres y mujeres como usted, como mi abuelo vivan, vivan para seguir creando, para seguir escribiendo, para seguir... Al poco tiempo de que mi abuelo se muriera me encontré con un mendigo, tenía como 80 años, estaba hambriento y haraposo; le di dinero y me quedé pensanso por qué ese señor, que estaba abandonado a su existencia vivía, por qué, por qué mi abuelo, que tenía para dar una vida llena de trabajo no. No se preocupe, ya entendí que cada humano tiene un lugar en el mundo, cada humano tiene algo por hacer; que tengo la oportunidad de sentir su tesón en mí, que yo puedo tomar la posta de su apasionamiento; ya lo entendí, pero mi recuerdo de niña aún tiene la sensación de haber sido víctima de una enorme injusticia. Era sólo eso señor Vargas Llosa, sólo eso. Hasta luego y ¡salud!

No se lo dije porque no tuve oportunidad; ya después me sumergí en un copa y en la risa con los amigos. Sólo en algún momento me quedé callada y en solitario repasando la mirada entre la exposición y la gente, pero unas manos me cogieron de la cintura y él nuevamente me trajo con un beso al aquí y ahora, a la risa y la conversación; de vez en cuando veía los libros de Vargas Llosa, pero no me sentí ni nostálgica ni con desazón , porque el indio Martínez acababa de prender su pipa dentro de mi corazón.

domingo, 3 de agosto de 2008

No te pelees "por mi causa"...Oh, no.

No debería sonreír al respecto, o al menos tengo la sensación que no debería hacerlo: Albericoque se peleó "por mi causa" hace unos días, en Pucusana; o mejor dicho por causa de la represión e irrespeto de este grupo de sujetos o visto de otra manera porque se metieron con mi trasero de manera comunal, o más bien coral , pues uno lanzaba algún apelativo y los otros secundaban con cánticos ebrios y balbuceantes, corolado todo de risas de cañazo.

El asunto es que se dió unos cuantos puñetes, cabezazos; le jalaron el cabello además, aprovechándose de sus mechas largas (y algo escasas.)

Digamos que una mujer peruana o limeña al menos, está un poco más habituada a ignorar los hirientes piropos que los hombres nos lanzan como flechas (cuando una transita por la adolescencia más de una acierta y atraviesa nuestro cuerpito mujeril), pero hay un nosequé que ustedes, seres masculinos no soportan; se trata de respeto dirán; sí, pero no solamente es eso; es como un ataque a la masculinidad, que frente a las narices de uno, los congéneres espeten lascivias a tu mujer... y bueno a nosotras, al menos a mí, me produjo indignación, cólera, frustración, pero también me dejó una sonrisita giocondesca interna, un gustito porque él se peleó por mí y por las carnes de mis posaderas.

Yo que siempre me alucino super neutra y no partícipe de características consabidamente femeninas (feminoides), me descubrí orgullecida ante esto. Bueno pues, uno se conoce en el camino.

P.D: Ya antes un ser masculino se había peleado por mí, pero admito sinceramente que no fue causa de orgullo; pues le pegó a un amigo suyo con el que yo reía y conversaba; después de tumbarlo en el piso, gritó: ¡Esta es mi mujer, no la toquen, carajo! Acto seguido vomitó. Es de suponer que me avergoncé mucho, tanto que la vergüenza mató mi amor de dieciocho años.

viernes, 18 de julio de 2008

Adiós, adiós...


Hace unos días que regresé de Iquitos, casi una semana, vaya, el tiempo pasa como se le apetece; los primeros días en Lima, me sentía ajena, rara, como si hubiera huído de un vientre, que me cobijaba tibio y viscoso. La verdad es que la naturaleza es esplendorosa, cualquiera que tenga la oportunidad de contemplarla será un afortunado. El navegar por las aguas del Amazonas, teniendo como horizonte la inmensidad del río y la selva, los sonidos que te pueblan los oídos de historias secretas y antiguas; los ojos de los animales que parece te conocieran de hace mucho, de cuando éramos iguales. Ahh, exhuberante amazonía, no te vayas de mi lado.

Fui a Iquitos a dar una función de teatro en el Auditorio del San Agustín, el único teatro de la ciudad, nos contrató la UPI; llevamos las dos últimas obras de la Trilogía del Zorrito Audaz; escrita por Celeste Viale y dirigida por Alberto Isola, hubo muchísima gente.

Todo el proceso del Zorrito nos ha tomado algo de tres años de trabajo, yo he sido la actriz que más pesonajes ha interpretado, he sido una pantera vieja venida desde lejanas tierras asiáticas, en busca de una tierra buena y sabia en dónde pasar su vejez; una tortuga charapa acianísima que recorre con su constantes y lentos pasos la selva para llevarle un remedio a sus primas las Taricayas, aunque muera antes de llegar a su destino y por supuesto he sido la Osita Menor, una osa de anteojos que en la primera obra tenía 6 añitos y ha ido creciendo a través de los años y las aventuras; creciendo en edad y en experiencia, junto a su hermano y sus amigos.

La Osa es un personaje querido y engreído, caprichoso e impulsivo; es una niña lista e ingenua; una buena compañera de viaje y fuerza de choque en los momentos difíciles, aunque ella no se de cuenta de eso siempre.

Tres años Osa. Adiós Osa Menor, Osita de cara tierna y de anteojos oscuros. Juntas hemos hecho reír a muchos, te quiero, vuelve a la Selva, a donde perteneces, así mi corazón podrá viajar hasta tí cada vez que quiera regresar a ese vientre tibio.

miércoles, 18 de junio de 2008

Energía para todos

Hace unos días que estoy pegada al libro "La Revolución de las Grasas" de Sacha Barrio; no tenía idea de lo vital que eran ciertos tipos de grasas esenciales en nuestro cuerpo, de cuántos alimentos hidrogenados consumimos y de lo poco de omega 3 respecto al omega 6 que contienen nuestras comidas más comunes.

En fin, les recomiendo ese libro; realmente interesante tener la perspectiva de un médico con formación occidental y que luego ha hecho una larga búsqueda en la medicina oriental y en los alimentos nativos.

Me fui hasta el mercado central para comprar algunas semillas de linaza, girasol, ajonjolí y demás. Para llegar al mercado central desde mi casa hace falta pasar por varios hospitales; pude ver el movimiento alrededor de ellos gracias al endemoniado tráfico que te estanca 15 minutos en un par de cuadras. Lo que ví, fue a gente pobre, gente enferma, gente contenta, gente miserable, abuelos con sus nietos, choferes con sus mujeres, mujeres con tres hijos y embarazadas, perros olfateando por algo comestible; pensé en cuánta falta hace que los conocimientos sobre nutrición se extiendan a la mayoría d ela gente, que habría que insertar la medicina tradicional o alternativa en los hospitales oficiales; debemos aprender a equilibrarnos, en todo sentido, en lo que comemos, cuántas veces engendramos, en nuestra sexualidad, en nuestra forma de vida; las condiciones no son las mismas de ninguna manera para todos, pero realmente los hábitos pueden formarse en todo estrato, lo que falta es una conciencia de la energía dentro y alrededor de nosotros; no digo que un puñado de gente en la que me incluyo somo sólo los que poseen un tipo de conocimiento acerca de la energía y otros no, este asunto es inherente a nuestra condición de humanos.

En el colegio deberíamos aprender de bienestar corporal, de bienestar de nuestro entorno; ¿hasta cuándo vamos a ignorar esa parte tan fundamental en nuestra educación oficial? El cómo curarnos con nuestras manos, el cómo curarnos de sentimientos negaticvos, de cómo centrar nuestro esqueleto y tantas cosas más.

Empecemos en la casa pues, suena a lugar común, pero es simple y hermosa sabiduría popular, es simple y hermosa lógica.

jueves, 5 de junio de 2008

"Luz" o La Nube Ociosa

Hace unos días mi sobrino vino con cara compugida y expectante a contarnos que una amiga emo de su novia emo, se escapó de su casa, entonces pues, necesitaba refugio, y nuestras casa, tan cálida ella, era requerida como morada temporal de esta chica emo amiga de la novia emo de mi sobrino hardcore.

Otorgada la aprobación, le pregunté por su nombre: "Luz", me dijeron los labios hardcores de mi sobrino. Luz, suena simple primero, después caes en la cuenta de cuánta luz invoca uno a lo largo de los días, manya, pensé, es una chica luminosa, su nombre la dibujará e igualmente expectante esperé a que la recogieran del paradero. Minutos después traspasó el umbral una chica de diesiciete años, muy bajita y con los ojos profundamente delineados y de impoluta tenida negra con su toque fucsia que es tan emo. Hola luz de negro.
Mi sobrino se la llevó a comer, y que sé yo, cada uno se metió en lo suyo, nos fuimos a dormir y hasta mañana.
Luz se quedó apenas un día; pero esas horas con ella, me hicieron recordar algo de mi propia adolescencia; ella fue muy reticente a la conversa, asumo que desconfía de los adultos, tal vez sus padres están tan perdidos como ella, quién lo sabe; lo que más me sorprendió es que estuvo prácticamente desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde, frente a la computadora, muy de negro ella, e impertérrita, conectadísima al mns y revisando el Hi5 de media comunidad emo de Lima.
Yo no sabía qué decirle, me respondió con monosílabos cuando le pedí unas tres veces la compu para mandar correos; cuando fue la hora de almuerzo no quiso comer las lentejas con pescado que había, se frío un huevo y lo comió con harta mayonesa. Para ser honesta me sentí torpe y decidí no tratar de hurgar y dejarla en paz con la computadora como compañera.
Yo no tuve padres perdidos o incertidumbre respecto a lo que quería a la edad de ella, pero recuerdo que cuando no ingresé a la universidad, me pasé dos meses frente al televisor comiendo pan con plátano y chocolate, era una autista, tuve que tocar fondo y no bañarme cuatro días, tener mi cuarto hecho una mierda y entrar en una convulsión de llanto, para que mi mamá interviniera con un desahueve proverbial, que me bajó de la nube ociosa en la que me había metido. A esa edad llegó la muerte de mi niñez, tuve que tomar por mi propia mano mis riendas; claro que mi madre cual lámpara me alumbraba el camino...gracias, madre.
Es muy difícil pasar por ciertos tránsitos; Luz tendrá que encontrar lo que la acciona, tendrá mucho por hallar, o tal vez no; es dulce y doloroso traspasar la edad ingenua y toparse con el mundo, pero es bueno, al fin y al cabo es bueno.
Mucha luz para tí, Luz.

jueves, 22 de mayo de 2008

Mi embarazo

Lento lento se discurría en mi cabeza la idea ansiosa de tenerte entre mis brazos, cual cosita caliente que se te mete hasta en la sangre; en tu nombre pensábamos, tu padre y yo; y nos gustaba el título de una película, que es el nombre de un indio mexicano, romántico en su sentido más puro, un hombre de naturaleza, un hombre de honor, y bien atrevido además; para tí lo que mi madre hizo conmigo; es decir, tengo el nombre de una película que a ella le gustaba mucho; broméabamos sobre tu aspecto, sobre si serías calvo, chato o si tendrías el poto grande.

Ya se estaba guardando la idea en mi interior, uy, empezaba a abrigarte en mi ser y las pulsaciones, las naúseas, los mareos cuánto nos gritaban de tu llegada; si hasta tu papá los tenía; así de conectados nos sentimos nosotros dos, hijito, así, de un jeito tan intenso en el que él también lleva la panza y los síntomas, ya me alucinaba pues, comprándole helado tricolor en crudo invierno chorrillano, sintiéndome además un adalid de lo antifeminoide, ya sabrás que tu mamá es muy masculina en algunas de sus aristas, pero también te darás cuenta que de lo femenino ( e incluso de lo feminoide,) no me salvo.

Ya no soy una niña, qué va, estoy en ese punto centrífugo y centrípeto de la adultez, esa que bulle en el ser entero, en los labios que son una flor abierta, en los ojos que dicen, en la mente que se reta y en el cuerpo que lucha, al menos mi juventud es así hijito, así la estoy conociendo.

Mira, mi pequeño, que tus anuncios de heraldo luminoso, llegan un mes antes de mi cumpleaños, el 17 de mayo, me decía yo, ya es hora anunciada si hay ausencia de púrpura; mira que recibir los 27 con una vida dentro no eran poca cosa; y así cuando me tenías en vilo, mi naturaleza se ríe de mí, prolífica cual huaycoloro. Sin embargo, no quería dejar de decirte, mi querida alma que aún viaja, que ha sido un gusto sentirte, saberte, conocerte, sentir tu olorcito en mis narices; que tu no presencia es también un alivio, hay que ser sinceros, pero también es un aliciente a seguir trabajando, a seguir siendo feliz, a recibirte dentro de... un buen tiempo, no lo sé, pero seguro que tú sí.

Te amo, te amamos, y estas letras son las testigos de nuestro amor, que así sea, mi cosita caliente dentro de la sangre, que así sea.

martes, 13 de mayo de 2008

Cuando las voces crecen dentro

Hace mucho que no posteo, porque soy errática, porque a veces me llega al pincho, porque no quiero postear sobre nada que realmente no me interese, porque me da reticencia hablar de mí misma como si fuera a importarle a alguien mi vida íntima; no sé, no he posteado porque mi relación con la escritura es así como ha sido siempre: profunda e ingrata, incluso creo que yo misma soy así.

Antes de partir a mi ensayo (qué flojera da a veces ensayar en la mañanita, ah también soy una floja del carajo...), por mi cabeza transcurren palabras que por alguna razón pugnan por colgarse en este post, no hay nada en específico que quieran articular, tal vez se formen hasta establecer un discurso del por qué no tengo constancia, o qué se yo, adquiera la forma de un manifiesto teatral o del amor, o de la maternidad, o de cómo son las mujeres,que me stán dando tanto que pensar; o que el camión de basura pasa a las 2 de la mañana por mi casa y estoy segura de que el chofer del camión siempre al pasar por aquí, observa el mar y suspira cada vez que las luces se miran en el agua.

O tal vez escriba que ya son las 9 y 10 am, y tengo que salir en cinco minutos, pero quiero seguir viajando entre palabras y frases, entre balbuceos e inconstancias; a lo mejor para evadir mi trabajo, a lo mejor porque la escritura siempre ha sido un refugio, para mí y para todos los que escriben; aunque después cuando has descubierto que en realidad es una necesidad, te de miedo porque te reta a no tomarla como ejercicio, te reta a sostenerla con ideas, con belleza, con atmósferas, con conocimiento, con concolón, con corazón que se subvierte inteligentemente y no vomitando, hasta tomar la forma de algo de lo que te sientas orgulloso, porque en esto estás tú, está tu cerebro, está tu cuerpo todo y está la sonrisa del que sabe que la escritura es su compañera.

sábado, 22 de marzo de 2008

Mujer 1 dixit...

Este es un monólogo de una obra que escribí en 2005; es curioso cómo me identificaba tanto con lo que había escrito, ahora son otras las cosas que se mueven; el humano es un ser que se transforma; en todo caso ahí están estás palabras, que fueron interpretadas a cabalidad, sangre y mente por Claudia Mori, en el montaje que hicimos en Yuyachkani, por esas fechas también.


MUJER 1:
"Totalmente cierto, es más fácil regodearse en el dolor y revolcarse en la mierda que dar la cara, pero qué pasa con los que nacimos con el alma ya hecha añicos, con los que tenemos sobre los ojos una pátina que todo lo desfigura y lo deforma. No me alcanza el lenguaje, no me caben las palabras exactas para describirte cómo me siento, todo se me adormece, todo en mi interior se va muriendo. Hay miles de desiertos y de estepas que habitan mi garganta, mis ganglios. Hay un ruido, una barahúnda infernal que zumba y zumba en mi cabeza, no me deja un momento de alivio y me recuerda que no soy capaz de hacerme una vida verdadera.
Hace unos años todos me decían que era una lumbrera, una promesa, qué de cosas increíbles nos podemos esperar de esta chica, decían; pero pasó el tiempo y yo ya no sabía si escribía para mí o para gustarles a ellos, cuando la promesa tenía que convertirse en una realidad, publiqué, nadie entendió lo que quise decir, nadie supo comprender que había detrás de las palabras, su real significado, el lenguaje me ha traicionado y yo lo he traicionado a él, hubo quien se avergonzó de mí, quien me dejó; me abandonaron, ya no me miraron más a los ojos, puras sonrisas tirantes que les deformaban el rostro, qué hipócrita es el mundo, qué hipócrita soy yo.
Hay luces que alumbran siempre, hay otras que se apagan y no vuelven a encenderse. Yo, tal como ves, vivo siempre a oscuras. Extraño el vivir sin que me asalte nada. Cada palabra, cada sonido que sale de mi boca no tiene sentido alguno, ya perdí los orígenes de mis propios discursos, mis ideas pierden su integridad ante mi misma cada cinco minutos. Hay una compulsión de frases que se dispara en mi cerebro, frases que delatan mi cobardía, mi debilidad, mi desequilibrio; y no puedo sujetarme de mi escritura porque se ha convertido en un “charco depurativo” en una “siberia de trapos sucios”, que me acompaña siempre es cierto, pero es artera como yo. (Pega un grito.) Agg, ya, ya. Bla, bla, bla, bla, bla, bla, agggg, ya que se acabe."

miércoles, 30 de enero de 2008

Conminar al ángel hacia una conversa.


El ángel de la guarda. Dicen, él está desde el inicio, desde que eres sólo polvo, luego fitoplacton, luego lagartija, así incansablemente, hasta que tu boca haya bebido de todas las tierras, probado todas las clases de ardor, cuando tu vida duraba 24 horas y cuando veías el mundo a blanco y negro; dicen que el ángel guardián te acompaña desde entonces, te mira con rostro encarnado, te toma en sus manos y te lleva hacia lo siguiente, en el longo recorrido de ser parte de dios, ser todo.

Los ángeles fueron hombres, sólo que hace mucho; ya no lo recuerdan, es decir, no pueden cerrar los ojos y traer a su cuerpo la sensación de bañarse en agua helada, la de quemarse el dedo cuando tenías 4 años; ya pasaron todo eso, ahora son materia luminosa enquistada en la forma que nuestros ojos humanos le queremos dar... la que necesitamos ver.

Si los ángeles son testigos leales de nuestro quehacer, entonces por qué no podemos discutir con ellos acerca de las miles de vueltas que nos da la vida, que nos da la mente. Quisiera voltearme en la cama y tener tu cara de ángel y hablar, hablar horas interminables, exquisitas, de respiración profunda, de contrición, de arrepentimiento, de ratificación; quisiera vomitarle a mi ángel mis emociones, mis sentimientos, mi miedo, mi alegría; quién más idóneo que él, quién más adecuado, sino es el que me acompañó hasta cuando era una criatura que se arrastraba por entre las piedras; imagino que eso mismo que describo, lo de conversar y blablabla, lo hace uno con los amigos, con el compañero, con la mamá; pero en serio, quiero hablar muchísimo y sin mover los labios, verbalizando se van las esencias muchas veces, o se reinventan.

Tócame el hombro, ángel. Tócame, sé que existes, quiero más.

O tal vez, debemos empezar por en principio. Está bien, lo haremos tu usanza:

Angel de la guarda, dulce compañía...

jueves, 17 de enero de 2008

El estanco de sal


Enrarecido está el aire por estos días; extraño, pues el frescor del año nuevo invade todo hasta marzo, al menos. La música del Príncipe Igor me hace llorar por las visiones tan plomas; si al menos fueran negras, sabría que tengo que dar toda la luz posible al devenir, pero si está gris, cómo calibro la lámpara.

Es tan simple todo, como que si carga uno las cosas que le hacen daño, las tiene que dejar en el camino, pero, cuánto cuesta dejar ligero el baulito, da miedillo dejar al sempiterno diablillo acompañante; siempre queda tomárselo a la broma, relax que le dicen, no hacerle caso en demasía, para que así el descenso sea lentito; pero yo soy del tipo burdo que le gusta aventar el paquete entero al río para que se vaya, que se vaya...paciencia dicen mis consejeros. Paciencia me suena a ciencia de la paz, seré científica esta vez.

Gracias le doy a la bella que me preguntó por mi blog, tú, porque me hiciste sentir pena por dejarlo olvidado, gracias señorita de los vapores. Hallo ahora mi desfogue en estas pantallas mortecinas.