
Otorgada la aprobación, le pregunté por su nombre: "Luz", me dijeron los labios hardcores de mi sobrino. Luz, suena simple primero, después caes en la cuenta de cuánta luz invoca uno a lo largo de los días, manya, pensé, es una chica luminosa, su nombre la dibujará e igualmente expectante esperé a que la recogieran del paradero. Minutos después traspasó el umbral una chica de diesiciete años, muy bajita y con los ojos profundamente delineados y de impoluta tenida negra con su toque fucsia que es tan emo. Hola luz de negro.
Mi sobrino se la llevó a comer, y que sé yo, cada uno se metió en lo suyo, nos fuimos a dormir y hasta mañana.
Luz se quedó apenas un día; pero esas horas con ella, me hicieron recordar algo de mi propia adolescencia; ella fue muy reticente a la conversa, asumo que desconfía de los adultos, tal vez sus padres están tan perdidos como ella, quién lo sabe; lo que más me sorprendió es que estuvo prácticamente desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde, frente a la computadora, muy de negro ella, e impertérrita, conectadísima al mns y revisando el Hi5 de media comunidad emo de Lima.
Yo no sabía qué decirle, me respondió con monosílabos cuando le pedí unas tres veces la compu para mandar correos; cuando fue la hora de almuerzo no quiso comer las lentejas con pescado que había, se frío un huevo y lo comió con harta mayonesa. Para ser honesta me sentí torpe y decidí no tratar de hurgar y dejarla en paz con la computadora como compañera.
Yo no tuve padres perdidos o incertidumbre respecto a lo que quería a la edad de ella, pero recuerdo que cuando no ingresé a la universidad, me pasé dos meses frente al televisor comiendo pan con plátano y chocolate, era una autista, tuve que tocar fondo y no bañarme cuatro días, tener mi cuarto hecho una mierda y entrar en una convulsión de llanto, para que mi mamá interviniera con un desahueve proverbial, que me bajó de la nube ociosa en la que me había metido. A esa edad llegó la muerte de mi niñez, tuve que tomar por mi propia mano mis riendas; claro que mi madre cual lámpara me alumbraba el camino...gracias, madre.
Es muy difícil pasar por ciertos tránsitos; Luz tendrá que encontrar lo que la acciona, tendrá mucho por hallar, o tal vez no; es dulce y doloroso traspasar la edad ingenua y toparse con el mundo, pero es bueno, al fin y al cabo es bueno.
Mucha luz para tí, Luz.
3 comentarios:
Julia: quizá no me recuerdes, nos conocimos en el antiguo local de E.Sachs, contando cuentos; luego te ví bailando una acción escénica en Etnias; y ahora que curioseaba por tu sitio, me has hecho consciente de cuánta vida ha pasado por el puente que unifica los caminos, te felicito! Por tu niño ya pronto nacido, y por tu arte narrativo, tan tuyo, tan cariño, un fuerte abrazo, y escribe de cuando en vez un poquito.
Nos vemos!
creo que mi ambigüedad ha creado confusones, no estoy embarazada; fue sólo un sutito que se volvió excusa para hablarle a ese ser que alguna vez vendrá si tiene que venir. Pore supuesto qeu te recuerdo Gustavo, eres de la SElva y poerta demás. Un abrazo y gracias por tu alegría.
es desesperante
ver como un adolescente se
niega a crecer
pero ay q esperarlos...
aunq Luz no apoyaba muxo
ubieras intentado con un pollo ala brasa enves de lentejitas! ni un emo lo resiste!...
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