Y pasó todo lo que tenía que pasar; lo más importante de todos los sucesos medianamente recientes es que...tengo un hijo.
Y sigo teniendo miedo, pero ya no tanto, al menos no lo suficiente como para detenerme en el tiempo dejando que la lluvia caiga y resbale por mi cuerpo encerado.
Hoy soy una raíz que absorbe.
No puedo decir que los amo, ¿existen?
Puedo decir que en mi mente ustedes habitan, o tal vez un cierto eco suyo, tal vez...
Estoy hablando, hablar es bueno; escribir mejor, a pesar del miedo o el letargo.
Después de este largo bostezo interno, he despertado (nada asegura que no volveré a dormir, pero ya veremos.)
A, b, c. Empecemos por el principio.
2 comentarios:
uno debe ser siempre una raiz que absorve... felicidades!
Caro Imberbe:
sí, uno debe ser esencialmente una raíz que absorbe.
Para alguna vez en el año dar buenos frutos.
Jugosos, dulces, pulposos.
Besox en su no barba.
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